La creación de contenido que resulte atractivo para las personas es una labor básica para toda persona que se dedica al marketing. Y esto no es solo generar contenido con frecuencia, sino que también se deben realizar basándose a la audiencia a la cual está destinado, que por lo general son los clientes.
Para toda estrategia de marketing, el target o mercado objetivo, está considerado como la base porque con este se puede determinar el tipo de usuarios para los cuales estará destinado el producto.
Por lo tanto, el target son todas aquellas personas que a la vez pueden ser posibles clientes en un futuro, ya que existe la posibilidad de que adquieran el producto que se está promocionando. En el ámbito de marketing es fundamental tener un target que éste muy bien definido porque de eso depende lo exitoso que se puede llegar a ser en el negocio.
Cuando se quiere vender algo, principalmente hay que conocer el público objetivo al cual se le ofrecerá el producto o servicio. Para esto se debe realizar una clasificación segmentada mediante una lista que posea detalladamente los datos generales de los potenciales clientes.
Para cualquier estrategia de marketing, el target es considerado como la base porque con este se puede determinar el tipo de usuarios para los cuales estará destinado el producto.
Por lo tanto, el target son todas aquellas personas que a la vez pueden ser posibles clientes en un futuro «clientes potenciales», ya que existe la posibilidad de que adquieran el producto que se está promocionando.
«En el ámbito de marketing es fundamental tener un target que éste muy bien definido porque de eso depende lo exitoso que se puede llegar a ser en el negocio.»
Cuando se quiere vender algo, principalmente hay que conocer el público al cual se le ofrecerá el producto. Para esto se debe realizar una clasificación segmentada mediante una lista que posea detalladamente los datos generales de los posibles clientes.
Las dos variables que debes conocer en tus targets segmentados.
Definir un target se trata de estudiar sus peculiaridades, clasificarlo y convertirlo en un elemento individual. Pero para que esto se pueda hacer de la manera correcta, es necesario que principalmente se realice un estereotipo de cómo serían las características de tu cliente idóneo, en otras palabras, el tipo de persona que tú aspiras que consuma tus productos, y esto se basa en dos variables elementales: las duras y blandas.
Las variables duras hacen referencia a todos los aspectos demográficos, tales como:
* Edad: Es una parte clave para establecer a tu target, aunque no existe una manera precisa para indicar la edad, es posible hacerlo generalizadamente, y ordenarlos mediante grupos de intervalos de tiempo. Por ejemplo: Niños de 0 a 14 años, Adolescentes de 15 a 19 años, Jóvenes de 20 a 29 años, Adultos de 30 a 40 años, etc.
* Género: Haz una clasificación entre los hombres y las mujeres, lo cual es muy importante ya que tanto el género masculino como el femenino tienen intereses muy diferentes.
* Estatus socioeconómico: Lo puedes determinar a partir de diversas circunstancias económicas, como por ejemplo la cantidad de dinero que les ingresa mensualmente, zonas donde viven, posesión o no de vehículo, y también puedes basarte en aspectos sociales como el nivel de preparación y a qué se ocupan.
Las variables duras son las más sencillas de establecer, pero no alcanzan para poder definir un target completamente.
- También precisarás estudiar las variables blandas, las cuales son las características psicográficas de las personas. Con ellas podrás saber más acerca de la reacción de las personas respecto a tu producto o estrategia de marketing.
* Forma de vida: Trata sobre las laborares que realiza diariamente, sus compras habituales, rutinas y consumos frecuentes.
* Personalidad: Es toda peculiaridad de la manera en qué se comparta el cliente. Por ejemplo, extrovertido, ambicioso, emprendedor, modesto, paciente, etc.
* Valores y creencias: Están compuestos por todas aquellas certezas en las cuales se guía el cliente para actuar ante diversas situaciones de la vida. Por ejemplo, las creencias respecto a la religión, los valores infundidos por la familia, sociedad o entorno, entre otros.
* Intereses: Cuando se realiza un esquema del cliente idóneo, hay que cuestionarse cuáles son las cosas por las cuales siente interés, qué le inquieta, qué anhela. Toda labor que le agrade llevar acabo y le da motivación.
También existen otras formas de segmentar los targets, como las basadas en la situación geográfica, medios de distribución, entre otros. Sin embargo, esos métodos de segmentación son un poco más complejos, por lo tanto, lo más favorable y recomendado es que primero se empiece segmentando utilizando las variables duras y blandas, y si en un futuro precisas de un target segmentado mucho más específico, entonces recurras a los otros métodos que existen.